Potenciar su creatividad ayuda a los niños a enfrentar los desafíos de la vida, según un estudio

Un estudio indica que potenciar la creatividad ayuda a los niños a enfrentar desafíos en la vida.

Al igual que los adultos, los niños enfrentan factores estresantes diarios.

Afortunadamente, un nuevo estudio sugiere que enseñarles a pensar de manera creativa puede ayudarles a manejarlo todo.

Los investigadores encontraron que cuando los niños en edad escolar aprendían algunas técnicas de “creatividad narrativa”, como cambiar de perspectiva e imaginar escenarios de “qué pasaría si”, rápidamente se volvían mejores solucionadores de problemas.

Después de un campamento de creatividad de una semana, o incluso solo una lección, los niños mostraron más confianza en su capacidad para enfrentar los problemas diarios de la vida y encontrar un “plan B” cuando fuera necesario.

El estudio fue pequeño, se basó en 60 niños que asistieron al mismo campamento de verano. Pero los expertos dijeron que los hallazgos tienen sentido.

Cuando los niños pueden pensar de manera flexible, es menos probable que “se asusten” ante los desafíos, dijo el autor del estudio Angus Fletcher, profesor de la Universidad Estatal de Ohio.

En lugar de simplemente rendirse, dijo, es más probable que busquen soluciones alternativas, una capacidad llamada resiliencia.

“Los niños enfrentan algunos de los mismos desafíos diarios que los adultos”, dijo Fletcher. “Sus problemas más grandes no están en las matemáticas, están en la interacción con otros niños”.

Sin embargo, Fletcher señaló que las escuelas típicamente se centran en las calificaciones de los exámenes en lugar de las habilidades para la vida.

Mientras tanto, los padres, por bien intencionados que sean, también pueden entorpecer el proceso, si se apresuran a resolver el dilema de su hijo o le dicen la solución “correcta”.

“Es muy desafiante para algunos padres resistirse a eso”, dijo Fletcher. “Pero debes tratar de crear un ambiente donde permitas que tus hijos lo hagan a su manera”.

“El mundo al que se enfrenta tu hijo es diferente al que tú enfrentaste mientras crecías”, agregó. “Necesitas enseñarles a ser solucionadores de problemas, en lugar de programarlos con las respuestas ‘correctas'”.

Los hallazgos, publicados recientemente en el Journal of Creativity, provienen de dos estudios pequeños, cada uno de niños en un campamento de verano en Ohio. Todos estaban en tercer a quinto grado.

En uno de los estudios, los investigadores dividieron a 32 niños en dos grupos. Uno recibió un curso intensivo de creatividad narrativa, mientras que el otro sirvió como grupo de comparación. Se les pidió a los niños del grupo de creatividad que pensaran en alguien en sus vidas con una habilidad especial y consideraran a esa persona como su “amigo creativo” que podría darles consejos cuando tengan un problema.

Según Fletcher, esta táctica se conoce como cambio de perspectiva, la capacidad de mirar un problema desde los ojos de otra persona.

Luego vino el desafío del “problema”. A los niños de ambos grupos se les pidió que pensaran en un problema en sus propias vidas; algunas respuestas incluyeron “mi papá tiene que estar fuera por dos meses” y “mi hermana me molesta”. También se les dio un problema hipotético para reflexionar (por ejemplo, no poder asistir a la fiesta de cumpleaños de un amigo).

Todos los niños tenían la tarea de idear posibles soluciones a esos dilemas; a los del grupo de creatividad se les dijo específicamente que imaginaran los consejos que su amigo les daría.

Al final, el equipo de Fletcher encontró que casi todos los niños del grupo de creatividad fueron capaces de idear soluciones potenciales. En cambio, la mayoría de los niños del grupo de comparación no lo hicieron: menos de la mitad encontró respuestas al problema hipotético, y ninguno tuvo una solución para su propio desafío de la vida real.

En el segundo estudio, que involucró a otros 28 niños, los investigadores probaron un programa de entrenamiento de creatividad de 10 horas distribuido en cinco días. Además del cambio de perspectiva, el entrenamiento enseñó a los niños a imaginar escenarios de “qué pasaría si” y, cuando se frustraban con una tarea, a dar un paso atrás y pensar en sus objetivos más amplios.

Los resultados fueron similares a los del primer estudio: después del entrenamiento, cada niño fue capaz de idear no una, sino dos, estrategias para abordar problemas tanto hipotéticos como de la vida real.

Anand Patel es un psicólogo infantil en el Centro Médico Montefiore en la ciudad de Nueva York. Dijo que los hallazgos le resonaron porque utiliza tácticas similares con niños que tienen ansiedad o depresión.

Según Patel, esos niños están atrapados en una forma de pensar, y el objetivo es liberarlos de esa situación.

“Intento ayudar a los niños a adoptar una perspectiva diferente”, dijo Patel. Esto podría implicar pedirles que se pongan en el lugar de un amigo y piensen: “¿Cómo los ayudaría si estuvieran sintiéndose de esta manera?”

Lo interesante de este estudio, según Patel, es que se centró en niños sanos en su vida cotidiana.

Es cierto que el juego libre tradicional permite el pensamiento creativo. Pero la realidad es que los niños de hoy están obsesionados con los dispositivos en lugar de las interacciones cara a cara, según tanto Fletcher como Patel.

Y el tiempo de juego en dispositivos, señaló Fletcher, es diferente del tipo antiguo.

“Los niños se están volviendo realmente buenos en estas tareas digitales”, dijo. “Pero eso es mucho más simple que la vida real”.

Por lo tanto, es más importante que nunca ayudar a los niños a desarrollar el pensamiento creativo que necesitan para navegar por la vida, según ambos expertos.

No obstante, no solo los niños pueden aprender a pensar de manera más creativa. El curso que los niños tomaron en este estudio, dijo Fletcher, es similar al que su equipo ha utilizado para desarrollar la resiliencia entre las unidades de las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos.

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Más información

La Academia Americana de Pediatría tiene más información sobre actividades sin pantalla para niños.

FUENTES: Angus Fletcher, PhD, profesor de inglés, Universidad Estatal de Ohio, Columbus; Anand Patel, PsyD, psicólogo infantil, Programa de Integración de Salud Conductual Pediátrica, Centro Médico Montefiore, Ciudad de Nueva York; Journal of Creativity, 4 de agosto de 2023, en línea