La Genética detrás de las Distrofias Retinianas

La Genética detrás de las Distrofias Retinianas

Por Abigail Fahim, MD, PhD, según lo contado a Hallie Levine

Paso mis días atendiendo a pacientes con enfermedades hereditarias de la retina (IRDs, por sus siglas en inglés). Estas son condiciones en las que hay disfunción en las células de la retina, una capa de tejido en la parte posterior del ojo que envía señales de luz al cerebro. Estas son causadas por mutaciones genéticas, lo que significa que al menos un gen no está funcionando como debería. Pero aunque las IRDs pueden afectar a personas de cualquier edad, género o raza, tienen una cosa devastadora en común: pueden llevar a una pérdida severa de la visión e incluso a la ceguera. Aquí está lo que es importante saber sobre estas enfermedades.

IRDs y tus genes

Los genes son pequeñas secciones de ADN, el material hereditario de tu cuerpo, que contienen instrucciones para proteínas específicas que tu cuerpo necesita. Algunas ayudan a construir huesos, algunas determinan el color de ojos, otras permiten que tus músculos se muevan o que tu corazón lata. A veces, hay un cambio en la secuencia de ADN de un gen, que se conoce como una variante. Esto puede hacer que una de estas proteínas no funcione correctamente.

Hay más de 300 genes conocidos ahora que juegan un papel en una IRD. Tienen un amplio rango. Algunos son genes específicos de la retina en sí misma, mientras que otros desempeñan un papel en otras partes del cuerpo. No siempre está claro por qué algunas personas con estas mutaciones genéticas experimentan problemas solo con su retina y no en órganos como sus pulmones o hígado. Desafortunadamente, solo necesitas una variante de gen o mutación para que tu retina no funcione correctamente.

La IRD más común es la retinosis pigmentaria, una enfermedad donde las células fotosensibles de la retina mueren gradualmente. Puede aparecer durante la infancia o más tarde, durante la edad adulta. Si bien al principio comienza con una pérdida de la visión nocturna, avanza hacia una pérdida de la visión periférica (lateral) y eventualmente puede afectar también tu visión central.

Otras IRDs incluyen la enfermedad de Stargardt, que causa daño a la mácula, una pequeña área en el centro de la retina; distrofia cono-rod, que daña las células fotosensibles en la retina; y la amaurosis congénita de Leber, que es similar a la retinosis pigmentaria pero a menudo más grave.

Las IRDs se heredan de tus padres

Muchos de mis pacientes se sorprenden al escuchar esto, especialmente si hasta ahora ha habido poca o ninguna historia familiar de la enfermedad. Pero obtenemos dos copias de cada gen, una de tu madre y una de tu padre. Básicamente, existen tres patrones básicos de herencia:

Autosómico dominante. Esto ocurre cuando recibes una copia de un gen variante dominante de un padre, y un gen no afectado del otro padre. Dado que el gen variante dominante causa la enfermedad, si lo recibes, desarrollarás la enfermedad en sí misma. Si una persona ya tiene la enfermedad, sus posibilidades de transmitirla a su hijo son del 50%.

Autosómico recesivo. Esto ocurre cuando recibes dos copias de genes recesivos variante de cada padre. Esto a menudo se transmite en silencio a través de generaciones, ya que los padres son solo portadores. Tienen un gen normal y una copia variante. Si ambos padres son portadores, hay un 25% de probabilidad de que cada hijo que tengan herede ambos genes y desarrolle la IRD. Incluso si no lo hacen, hay un 50% de probabilidad de que todavía sean portadores.

Trastornos ligados al cromosoma X. Algunas variantes genéticas se encuentran en el cromosoma X y pueden causar trastornos ligados al cromosoma X. Estos son mucho más comunes en los hombres que en las mujeres. ¿Por qué? Las mujeres tienen dos cromosomas X, por lo que pueden llevar un gen enfermo y uno sano. Pero dado que los hombres tienen solo un cromosoma X, tienen más probabilidades de ser genéticamente susceptibles. Un buen ejemplo de esto es la retinosis pigmentaria ligada al cromosoma X. Si bien las mujeres aún pueden contraerla, es menos probable que se vean gravemente afectadas.

La prueba genética es importante

Si sospechamos que tienes una IRD, realizaremos una serie de pruebas clínicas. Esto incluye:

  • Electrorretinograma (ERG). Un ERG envía un destello de luz a tu retina y tiene electrodos para medir su respuesta. Las personas con IRDs tienden a tener una actividad eléctrica disminuida debido a un mal funcionamiento de las células de la retina, como las fotorreceptoras, que envían señales de luz al cerebro.
  • Prueba de campo visual. Tu médico te pedirá que observes un punto de luz moverse alrededor de un semicírculo directamente frente a ti y que presiones un botón cada vez que veas una luz. Esto les ayudará a determinar la extensión y ubicación de tu pérdida de visión.
  • Prueba genética. Esta es la parte más importante, ya que te dirá el tipo exacto de IRD que tienes. Tu médico tomará una muestra de sangre o saliva y la enviará a un laboratorio para su análisis. Esto puede ayudar a identificar opciones de tratamiento potenciales, incluidos ensayos clínicos para los que puedas ser candidato. También te permitirá saber si otros miembros de tu familia pueden estar en riesgo y, en algunos casos, identificar si tienes riesgo de otras enfermedades.

La terapia genética es la ola del futuro

La terapia genética, un tipo de tratamiento en el cual se introduce un gen nuevo en células específicas del cuerpo, parece ser especialmente prometedora para las enfermedades de la retina hereditarias (IRDs, por sus siglas en inglés). A diferencia de otras partes del cuerpo, el ojo es pequeño, fácil de acceder para el tratamiento y menos propenso a atacar una sustancia extraña cuando se inyecta.

Es bueno estar al tanto de todos los diferentes ensayos clínicos que existen. Una forma de hacerlo es participando en registros de datos de pacientes, como My Retina Tracker (fightingblindness.org/my-retinatracker-registry). Es gratuito y una manera de enterarse de nuevas investigaciones clínicas. Lo más importante, otorga esperanza a las personas. Aunque actualmente solo haya una terapia genética aprobada, hoy en día existen muchos más ensayos clínicos en comparación con hace una década atrás. Si bien estos nuevos tratamientos dirigidos aún no están listos para ser utilizados ampliamente, hay mucho en desarrollo para ayudarles a mantenerse optimistas.